Por años, los científicos
pensaron que era constante el flujo de sangre al cerebro, pero estudios
recientes demuestran que el flujo de
sangre al cerebro aumenta cuando piensa.
Con el fin de pensar, el cerebro debe crear energía. La energía se crea descomprimiendo glucosa, y
para hacerlo, se necesita oxígeno fresco de la sangre. Después de que se descompone la glucosa, se
liberan los subproductos del metabolismo y rápidamente los toma la sangre y los
retira del cerebro. El cuerpo sabe con
exactitud qué partes del cerebro requieren sangre extra. Aumentará el flujo de sangre hacia el área
especializada para el problema que se esté resolviendo. Los estudios con tomografía de emisión de
positrones muestran que el flujo de sangre aumenta más en el lado izquierdo del
cerebro para analogías y más en el lado derecho para pruebas que requieren
razonamiento espacial.
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