El
cerebro humano viene preparado, al nacer, tanto con los recursos necesarios
para aprender cualquier idioma, base para los futuros aprendizajes de la
lectoescritura, y fundamento del pensamiento, como con recursos suficientes
para percibir el mundo de mantera cuantitativa. Esto es, nacemos con la
capacidad de aprender a hablar, a pensar y a contar, características únicas y
exclusivas del ser humano. Es más, incluso poseemos la capacidad de aprender
operaciones aritméticas en edades muy tempranas. Piaget se habría sorprendido
de comprobar que, neurológicamente hablando, los niños adquieren los conceptos
matemáticos mucho antes de lo que él había creído. Otra cosa es que sepan
expresarlos, lo que posiblemente le llevó a pensar que no adquirían estos
aprendizajes hasta más adelante.
Gracias
a los estudios sobre neurociencia educativa que se han desarrollado posteriormente,
podemos dar a este fenómeno una explicación fisiológica. Efectivamente,
investigaciones recientes realizadas señalan que los circuitos neuronales del
procesamiento numérico se localizan principalmente en el lóbulo parietal,
específicamente en la región parietal izquierda. Aunque otras regiones
cerebrales como la corteza prefrontal, la parte posterior del lóbulo temporal,
la corteza cingulada y la ínsula, además de distintas regiones subcorticales,
parecen contribuir también al correcto funcionamiento de estas capacidades.
En
lo que respecta a la región parietal podemos decir que sustenta la capacidad de
representar cantidades y realizar cálculos, y que es la zona que comporta los principales
circuitos concernientes al procesamiento matemático.
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