MARES A ESCALA
Cuando las condiciones naturales impiden estudiar de modo
apropiado los fenómenos marinos, es necesario “trasladar” los océanos a un
laboratorio por medio de réplicas exactas construidas por la ingeniería.
Nadie sabe con certeza de donde vienen o cómo se forman. Los
marineros de los siglos XIX y XX hablaban de ellas como si fueran verdaderos
monstruos del océano, porque aparecían de la nada y eran capaces de devorar a
un barco. Se decía que su imponente fuerza atormentaba a los navíos cada 50
años. Se llegó a dudar de su existencia y culpar a errores humanos por los
daños ocasionados en los buques. Pero hasta hace unas décadas los científicos
saben que esa amenaza no es una leyenda, sino un fenómeno natural más común de
lo que imaginamos: olas asesinas, cuyo término oficial es “olas de tormenta
extrema”.
Su presencia ha sido reportada en las bitácoras de varios
viajes marítimos, en todas partes del mundo. Han provocado muertes y extravío
de mercancía. Son diferentes por su altura. Una ola común tiene en promedio 2.5
metros de alto, pero una gigante o “asesina” alcanza 30 metros, lo que las hace
ver como grandes muros de agua. Su orientación es usualmente diferente a la del
viento predominante, y lo más aterrador es que son impredecibles. Pero aunque
es difícil estudiar las causas de este fenómeno debido a su aparición
imprevista, ahora existe la opción de recrearlas en un laboratorio.
Ésa es una de las aplicaciones que tiene FloWave, el
simulador acuático más sofisticado hasta hoy construido, recién inaugurado en
la Universidad de Edimburgo, en Escocia. Se trata de una alberca circular de 30
metros de diámetro y cinco metros de profundidad cuya tecnología puede producir
olas de casi 28 metros de alto, tan grandes como las reales. Tiene dos pisos:
en el inferior están alojados varios motores y turbinas; en el superior, donde
se realizan las simulaciones, sirve para recrear el movimiento del océano y,
con ello, investigar la física del mismo, calcular la resistencia necesaria que
deben tener los barcos antes de construirlos, o probar nuevos artefactos de
energía marina.
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