Cada cacatúa se enfrentó a una secuencia de cinco pruebas
–en las cuales era necesario quitar un alfiler, luego un tornillo, un perno,
girar una rueda 90 grados y al final jalar un cierre lateral- que al final
dejaban escapar un premio para el ave. Este tipo de comportamiento y resolución
de retos sólo había sido constatado en chimpancés, sin embargo los pájaros lo
hicieron aun cuando en algunos casos no hubo recompensa. Los animales parecían
progresar y pocas veces llegaron a tener problemas con algún obstáculo ya
pasado.
Para saber a qué grado llegaba la plasticidad de su cerebro,
los investigadores eliminaron algunos pasos del primer sistema que eran irrelevantes
para el objetivo final (obtener el premio). Las cacatúas saltaron estos pasos.
Los expertos dicen que si bien no se puede demostrar que las aves comprenden la
estructura física del problema, al menos son sensibles y capaces de lograr su
objetivo.
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