Pero más allá de tales definiciones, la experiencia misma de
soñar ha dado lugar a miles de creencias, temores y conjeturas sobre su origen.
Así los sueños han sido vistos como reflejos de la realidad, fuentes de
adivinación, experiencias curativas o evidencias dela actividad de la mente
inconsciente. Hasta la fecha no existe una opinión unánime al respecto; diferentes
sectores de la comunidad científica defienden teorías distintas.
Una de las mayores dificultades para que la ciencia observe
y estudie a los sueños es su carácter inaprensible. La ciencia privilegiada en
su metodología a la observación directa; pero resulta imposible que, desde el
exterior, pueda registrarse la experiencia onírica de un individuo. Lo que
conocemos es a través de los propios reportes, que pueden verse afectados por
los métodos e instrumentos de investigación; se ha sentado, por ejemplo, la
diferencia entre los reportes presentados por las personas que despiertan de
modo espontáneo en casa y los obtenidos en sujetos de laboratorio. También se
han hallado diferencias relacionadas con la hora: los reportes de los sueños
que se presentan en la mañana tienden a ser más ricos que los recolectados al
inicio de la noche. Las preguntas del investigador pueden además afectar tales
reportes en grado significativo, y la hora en que éstos se obtienen también
produce variaciones.
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