viernes, 30 de enero de 2015

LA MOTIVACIÓN EN EL ESTUDIO DE LAS MATEMÁTICAS.

 De las causas del bajo rendimiento escolar, cada vez más se considera la motivación como una de las más importantes, y cualquier análisis de las dificultades de aprendizaje de las matemáticas ha de tener muy en cuenta esta causa.

El constructivismo, considera que una de las condiciones indispensables para que sea posible el aprendizaje significativo es que el alumno manifieste una disposición para aprender el nuevo contenido y que dicha disposición, de acuerdo con Entwistle (1988), se manifieste en una manera profunda de encarar la tarea.
Es decir: que la intención del alumno sea fundamentalmente comprender aquello que estudia, y que para conseguir este objetivo busque relacionar el nuevo contenido con aquello que sabe, perseverando en este intento hasta conseguir un determinado tipo de comprensión.

Esta manera de encarar la tarea se contrapone al enfoque superficial en que la intención básica es cumplir lo que nos piden para poder contestar las preguntas del profesor.

Una de las cuestiones importantes es saber qué tipo de organización (de centro, de área, de aula), qué tipo de contenidos, qué tipo de metodología y qué tipo de evaluación hacen que los alumnos apliquen un tipo de enfoque u otro.

Ahora bien, aunque las condiciones objetivas en que se realicen la enseñanza-aprendizaje faciliten un enfoque profundo, nos podemos encontrar con que el alumno adopte un enfoque superficial porque su motivación no sea intrínseca sino extrínseca.

La motivación, es decir, la intención con que el alumno se enfrenta a la tarea propuesta determina, tanto o más que las condiciones objetivas, el tipo de enfoque que se utilizará.

La aportación que haga el alumno al acto de aprender dependerá del sentido que encuentre a la situación de aprendizaje-enseñanza propuesta.

Para que una situación tenga sentido se han de cumplir como mínimo tres condiciones:

1) Que el alumno tenga claro el objetivo que se quiere conseguir con la actividad propuesta y las condiciones en que se ha de realizar.

2) no basta que los alumnos conozcan los objetivos y las condiciones de realización, sino que es necesario que los hagan suyos, que participen activamente en su planificación, etc., y

3) que el alumno se considere con los recursos suficientes para que el esfuerzo que ha de realizar sea provechoso.

Dicho de otra manera, la actitud frente a un nuevo aprendizaje vendría determinada por unas variables que dependen de la personalidad del alumno que están determinadas por el entorno familiar, la edad, el sexo, las experiencias escolares anteriores, etc. y unas variables que dependen de la situación propuesta; tipo de organización (de centro, de área, de aula), tipo de contenidos, tipo de metodología, tipo de evaluación, etc.

El abanico de posibilidades en la manera de hacer frente a las actividades de aprendizaje va desde el alumno que se enfrenta a las actividades de aprendizaje con un enfoque profundo, hasta el alumno para el cual la Facultad es una carga de la que quiere librarse, pasando por los que se enfrentan a las tareas con un enfoque superficial.



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