El efecto mariposa demuestra cómo
unas condiciones iniciales ligeramente distintas a las dadas pueden producir un
resultado real muy distinto al de las predicciones. Si se predice buen tiempo
para un día en Europa, pero una mariposa bate sus alas en América del Sur, esto
en realidad podría ser un presagio de tormentas al otro lado del mundo, porque
el batir de las alas cambia la presión atmosférica muy ligeramente, provocando
un patrón climático totalmente diferente al que se ha pronosticado en un
principio.
Podemos demostrar la idea con un
sencillo experimento mecánico. Si usted deja caer una bola de hacer a través de
la abertura de la parte superior de una caja en la que se hayan calvado
alfileres que obstruyan el camino de rodamiento, esta avanzará hacia
abajo, desviándose una forma u otra por
los distintos alfileres que se encuentran en su camino hasta que llega a una
ranura final en la parte inferior. Usted podría entonces intentar soltar otra
bola idéntica desde exactamente la misma posición a exactamente la misma
velocidad. Si usted pudiera hacer esto exactamente, el marqués de Laplace
estaría en lo cierto y la trayectoria recorrida por la bola sería exactamente
la misma. Si la primera bola cayera en la tercera hendidura por la derecha,
también lo haría la segunda bola.
Pero, claro, usted no puede
soltar la bola desde exactamente la misma posición a exactamente la misma
velocidad y exactamente con la misma fuerza. En realidad, habrá una muy ligera
diferencia que es posible que usted no pueda ni siquiera medir. El resultado es
que puede que la bola tome una ruta muy distinta hacia el fondo y probablemente
acabe en una ranura diferente.
la naturaleza nunca deja de sorprender!
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